Para explicar como ver el lado oculto de una persona y para ver su verdadero ser, mediante el espejo del alma (el ojo izquierdo), lo primero que se necesita conocer es un poco de ciencia.
Todos tenemos dos hemisferios en el cerebro. Un lado izquierdo y un lado derecho, conectados por el “cuerpo calloso”. Las dos partes son semejantes entre sí y la estructura de cada hemisferio está principalmente reflejada por el otro lado. Pero a pesar de las similitudes, las funciones de cada hemisferio son diferentes y en muchas maneras únicas.
El descubrimiento de que el cerebro humano tiene dos formas diferentes de pensar desarrolladas a través de la obra del ganador del premio Nobel psico biólogo Roger W. Sperry en los años 60 se hace referencia a que el hemisferio derecho del cerebro es visual y que procesa la información de forma intuitiva y simultanea, considerando la información inicialmente como un todo y luego dividiéndolo en detalles. El hemisferio izquierdo del cerebro es verbal y procesa la información analítica y secuencialmente, considerando inicialmente los detalles para luego sintetizarlos y así obtener el todo.
Nuestros hemisferios derecho e izquierdo controlan el lado opuesto de nuestro cuerpo, por lo que el hemisferio derecho controla nuestro lado izquierdo y procesa lo que vemos con nuestro ojo izquierdo mientras que el hemisferio izquierdo controla el lado derecho y procesa lo que nuestro ojo derecho ve.
Investigaciones han demostrado que el lado izquierdo de la cara es emocionalmente más expresivo que el lado derecho. Esto se demostró en un estudio donde se combinaron la mitad derecha y la mitad izquierda de una imagen de la cara con sus duplicados de espejo invertido para crear imágenes compuestas. Cuando se les pregunto a las personas cual cara parecía ser más emotiva, un buen porcentaje eligió la composición izquierda-izquierda sobre la derecha-derecha.
El lado izquierdo de nuestro cuerpo está conectado a lado derecho de nuestro cerebro, y viceversa. Esta cruzado incluso en nuestros ojos, que procesan la mayoría de sus datos sensoriales en los lados opuestos del cerebro.
Sperry en su obra, realizó experimentos denominados "cerebros divididos" en los que un paciente que sufría de convulsiones incontroladas tenía un área de su cerebro que le extirparon (el cuerpo calloso) mediante cirugía en un intento por controlar su enfermedad. Después de la cirugía, el paciente de Sperry parecía completamente normal, pero no del todo. Se realizaron pruebas donde cada "mitad" de las funciones cerebrales del paciente se aisló de la otra. La diferente información tanto visual y táctil se presentó ya sea a lado izquierdo o derecho del paciente, sin que el otro lado lo conozca. Estos resultados asombraron a los investigadores.
Cada lado del cerebro del paciente estaba funcionando independientemente a causa del corte de su enlace de comunicaciones. El ojo derecho podía nombrar a un objeto, como un lápiz de color, y la mano derecha podía escribir lo que era, pero el paciente no podía explicar su uso. Cuando se mostró el lápiz de color a la mano y al ojo izquierdo, el paciente podía explicar y demostrar su uso, pero no podía nombrarlo. Más estudios han demostrado que las funciones de diversas corrientes de pensamiento están localizadas en un área específica ya sea en el lado derecho o izquierdo del cerebro humano.
Tomando en cuenta estos experimentos parecen existir dos modos de pensamiento: verbal y no verbal, ya sean representados separadamente en los hemisferios izquierdo y derecho, y que nuestro sistema educativo, así como la ciencia en general, tiende a ignorar la forma no verbal del intelecto. Lo que parece reducir a que la sociedad moderna sin saberlo, discrimina las cualidades del hemisferio derecho del cerebro.